Juan Díaz-Faes: la nueva piel de la icónica escultura  “The Guest” por Lladró
Juan Díaz-Fáez junto a su reinterpretación de The Guest, una pieza donde los patrones se convierten en piel y narrativa.

Su carisma no pasa desapercibido: viste jeans azul profundo y unos Adidas Gazelle que revelan su gusto por lo retro, atemporal y clásico. Lleva una playera negra donde resalta, en tipografía gruesa y distorsionada, el nombre de Los Canotipos —su proyecto musical, otra extensión de su lado creativo—. Delgadas líneas del tiempo enmarcan sus ojos —pequeños, risueños y azulados—, narrando historias de estudio, trabajo, amigos y años bien vividos. Sobre sus hombros descansa su larga cabellera ondulada, gris plateada, mientras que las dos arracadas en sus orejas evocan a un mecenas del grunge de principios de los noventa.

Así aparece Juan Díaz-Faes, el artista contemporáneo que hoy lleva su inconfundible universo gráfico a un nuevo territorio: la reinterpretación de The Guest, la icónica escultura creada por Jaime Hayon para la histórica casa de arte Lladró.

Fotografía: Joel Martínez. El artista y creativo Juan Díaz-Faes habla sobre la intervención de The Guest by Lladró.

En su presencia hay algo magnético: una mezcla entre la irreverencia del cómic, la sensibilidad del arte urbano y la calidez lúdica que define a quienes crean desde el gozo. “Soy un feliciano”, dice con una sonrisa de oreja a oreja. Y ese espíritu —ligero, juguetón, profundamente suyo— es el que ahora habita en cada línea y cada figura que incorpora a The Guest. Faes llega a Lladró para vestir la pieza de arte con su propio alfabeto visual: un universo lleno de formas geométricas, ritmos y personajes, aplicado sobre la escultura concebida por Hayon que, desde su nacimiento, se ha convertido en un lienzo para los creadores más inquietos del mundo.

Con su característico lenguaje en blanco y negro, salpicado de patrones infinitos —inspirados en parte por las teselaciones y dibujos matemáticos de Escher— y figuras que parecen susurrar historias entre líneas, Faes asume el reto de intervenir una pieza ya icónica y convertirla en un territorio nuevo, donde tradición, artesanía y cultura pop dialogan y se encuentran.

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El desafío de intervenir un icono

Fotografía: Joel Martínez. “Se trata de poner una capa sobre otra capa, invita a mirar otra vez”. Juan Díaz- Faes sobre The Guest.

Intervenir The Guest no es —ni ha sido nunca— un gesto menor. Para Juan Díaz-Faes, la pieza creada por Jaime Hayon —y convertida con el tiempo en un estandarte de Lladró— exige algo más que creatividad: demanda respeto, contención y una claridad absoluta sobre hasta dónde llevar una intervención sin traicionar la esencia del original.

“Cuando algo está bonito, hay que tocar lo mínimo posible”, dice Faes, consciente de que la línea entre sumar y estorbar es finísima. La escultura, tan reconocible como abierta a la interpretación, lo retó a pensar desde otro lugar: no en cómo imponer su universo gráfico, sino en cómo permitir que este se fundiera con la figura sin eclipsarla. Quería que siguiera siendo The Guest, pero con mi piel o mi vestido. Que se notara que pasé por ahí, con esta ‘buena onda que transmite’, pero sin gritarlo”, explica.

Lo curioso es que su vínculo con Lladró viene desde tiempo atrás. “Es de esas marcas que forman parte de la memoria visual de todo el mundo”, recuerda. “Sobre todo en España, porque las figuras están en las casas de las abuelas, y es inevitable ligarlo a ese tipo de épocas, a aquellos salones donde se respira esa mezcla entre lo cuidado y lo emocional.” Por eso, cuando recibió la invitación para intervenir la pieza, algo se encendió: una especie de diálogo entre pasado y presente, entre la nostalgia doméstica y el vértigo de un nuevo desafío artístico “y sin el uso de mucho color”, advierte.

El reto no era solo técnico —adaptar sus patrones a un cuerpo tridimensional que no sigue ninguna simetría convencional—, sino conceptual. “Porque no es lo mismo plasmarlo en un papel que es un lienzo plano, que en una forma con recovecos”, comenta. Juan Díaz-Faes sabía que The Guest tiene ya una mitología propia: su forma, su actitud, su historia. “Fantasío con que dentro de 100 años las abuelas del 2025 digan: ¿te acuerdas de las piezas de Faes para Lladró?”, confiesa entre risas, pero con un brillo de ambición honesta. “Me gusta imaginar que mi intervención se convierte también en una capa más de la historia de esta figura, porque todos estamos hechos de capas y de experiencias”.

Y es justo eso lo que lo impulsó: la posibilidad de sumarse a un legado sin jerarquías, sin solemnidad y sin miedo. Porque para Faes, intervenir un ícono no es destronarlo, sino conversarlo. Y en ese diálogo —entre Hayon, entre Lladró, entre él mismo— es donde empieza a nacer esta nueva versión de The Guest, vestida con su inconfundible “pijama” de lenguaje visual.

“Creo que todos estamos hechos de capas. Son inevitables: cada experiencia nos transforma. En el arte y en la vida, vamos sumando capas que nos enriquecen y nos devuelven mejorados al camino.”

—Juan díaz-faes

El lenguaje Faes

Fotografía: Joel Martínez: El artista Juan Díaz-Faes reinterpreta la icónica figura The Guest de la casa de arte Lladró.

Hablar del trabajo de Juan Díaz-Faes es hablar de una gramática visual propia. Un sistema que se reconoce de inmediato: su universo en blanco y negro, rítmico, expansivo, casi hipnótico. Sus líneas construyen un mundo donde las formas se repiten sin repetirse, donde el caos aparente esconde una estructura rigurosa, donde cada personaje surge como si hubiese estado siempre ahí, esperando ser descubierto.

En esta reinterpretación de The Guest, esa identidad gráfica se vuelve piel. Faes no “decora” la pieza: la envuelve con una piel. La recorre como si la estuviera cartografiando. Sus patrones se adaptan al volumen, a las curvas y a los quiebres del diseño de Jaime Hayon, construyendo un mapa visual que transforma el cuerpo de la escultura en un territorio lleno de ritmo y humor.

Entre sus referencias aparece Escher —no como cita explícita, sino como resonancia natural— en la manera en que sus patrones se interconectan, se repiten y generan la sensación de infinitud. También se asoman el cómic de sus inicios, el arte africano, la gráfica del skate y del surf, y la potencia visual de los cartelistas que admira. Todo converge en un estilo que parece espontáneo, pero que revela una precisión casi matemática.

El resultado es un Guest que late. Un Guest que respira entre líneas. Una figura que ahora pertenece tanto al universo de Hayon como al de Faes, donde tradición, geometría, artesanía y cultura pop encuentran un punto inesperado de equilibrio. En The Guest sucede igual: las líneas de Faes recorren la figura como si la abrazaran, adaptándose a cada curva, a cada pliegue, a cada ángulo inesperado.

Fotografía: Joel Martínez. Para Juan Díaz-Faes, esta obra podría ser como un cómic, inspirado en los tebeos españoles o franceses.

En esta reinterpretación de The Guest, esa armonía se vuelve casi táctil. La obra se siente viva, palpitante, como si Faes hubiera depositado dentro de ella un pequeño ecosistema que respira entre líneas. Cada segmento del patrón es un latido; cada repetición, un ritmo; cada cara, un guiño a su humor, a su forma juguetona de mirar el mundo: “Por eso me gusta mucho ponerles rostro, dos círculos y una línea, porque pienso que llegará un momento en el que el personaje viva, así lo humanizo”.

Y quizá ahí está la clave: Juan Díaz-Faes no decora. Construye universos. Teje pieles. Inventariza mundos. Y ahora, uno de esos mundos envuelve a The Guest, haciéndolo distinto, reconocible, casi vivo y profundamente Faes.

La intervención del artista español Juan Díaz-Faes se presentó en el showroom de Diez Company en Ciudad de México.