
En la historia de la gastronomía mexicana hay momentos que trascienden el calendario. Uno de ellos ocurrió en Au Pied de Cochon, el icónico restaurante francés del Hotel Presidente InterContinental Ciudad de México, que celebró su vigésimo quinto aniversario con una cena irrepetible a cuatro manos junto al chef Enrique Olvera, fundador de Grupo Casamata y creador de Pujol, considerado uno de los restaurantes más influyentes de América Latina.
El encuentro marcó el cierre de una serie de colaboraciones especiales que reunieron a grandes figuras de la cocina, como Guy Santoro, primer chef ejecutivo de la casa, y Eduardo “Lalo” García de Máximo Bistrot. Pero esta última velada tuvo un significado especial: dos templos gastronómicos —Au Pied de Cochon y Pujol— celebraban juntos su propio aniversario número 25, rindiendo homenaje a la constancia, el oficio y el arte del buen comer.
Una historia de legado y sabor
Fundado en 1946 en París, Au Pied de Cochon llegó a México en el año 2000, trayendo consigo la esencia de las brasseries parisinas: cocina tradicional, hospitalidad refinada y un ambiente que combina elegancia con cercanía. Desde su apertura, se ha mantenido como un referente indiscutible de la gastronomía francesa en el país y como punto de encuentro para figuras del arte, la cultura y la política.
Al frente de sus fogones se encuentra Frédéric Lobjois, chef parisino que ha sabido preservar los estándares culinarios de la casa madre sin renunciar a la identidad local. Su menú rinde tributo a los clásicos: la sopa de cebolla gratinada, la pata de cerdo horneada, los caracoles bourguignon o el lechón confitado, platos que hoy forman parte de la memoria gastronómica de la Ciudad de México.
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Dos cocinas, una celebración
En esta cena conmemorativa, Olvera y Lobjois unieron visiones en un menú diseñado para rendir tributo tanto a la elegancia francesa como a la riqueza mexicana. La experiencia comenzó con una ensalada estilo Landaise con foie gras, nuez y vinagreta de frambuesa; seguida de una sopa de lima yucateca con cebolla caramelizada, una reinterpretación del chef Olvera de la tradicional sopa de cebolla.
Entre los platos fuertes destacaron la Aiguillette de huachinango y bogavante con erizo, espuma de champagne y azafrán, y un Steak-Frites con salsa de hormiga chicatana, guiño a los ingredientes endémicos que han definido la cocina de Olvera. El cierre fue un homenaje al mestizaje dulce: hojaldre de cacao con crema de avellana y un crème brûlée de mamey, maridados con champagne Moët & Chandon y etiquetas seleccionadas de Casa Madero.

Durante la velada, Julien Debarle, director de Operaciones de Grupo Presidente, agradeció a los comensales y colaboradores que han acompañado al restaurante durante estos 25 años y anunció que se trataba de la última cena conmemorativa del aniversario. “Qué mejor manera de cerrar este ciclo que junto a Pujol, otro restaurante del ‘Club de los 25’”, expresó.
El símbolo del tiempo
Por su parte, Enrique Olvera compartió un momento especialmente emotivo al recordar que sus primeras prácticas profesionales las realizó precisamente en las cocinas del Hotel Presidente InterContinental, en el legendario Maxim’s de París, uno de los primeros restaurantes de alta cocina internacional en llegar al país.
Su presencia en esta cena fue también un regreso simbólico: de los fogones del aprendizaje a los de la maestría. Hoy, Pujol, también fundado en el año 2000, se distingue por su enfoque en ingredientes locales, su colaboración con productores artesanales y su respeto profundo por la cultura culinaria mexicana. Reconocido en The World’s 50 Best Restaurants, su nombre es sinónimo de innovación y autenticidad.
Un clásico que nunca duerme
Au Pied de Cochon México, la única franquicia fuera de París, mantiene sus puertas abiertas las 24 horas, los siete días de la semana, siendo un refugio para trasnochadores y madrugadores por igual. Su capacidad para 260 comensales, dos salones privados y una terraza exterior lo convierten en un espacio emblemático del lujo gastronómico capitalino.
Con el chef Frédéric Lobjois al frente y el sommelier Luis Morones —considerado uno de los mejores de México— liderando la cava más grande de América Latina, Au Pied de Cochon reafirma su lugar como uno de los grandes templos de la gastronomía francesa en el país.
Veinticinco años después de su llegada, el restaurante no solo celebra una historia de éxito, sino el espíritu que lo define: el de aquellos que, entre copas de champagne y sabores atemporales, siguen escribiendo la historia del buen gusto en México.