Durante el Gran Premio de México, recorre el circuito gastronómico de Mercedes-Benz en la ciudad

Mercedes-Benz convierte la Ciudad de México en un circuito gastronómico durante el Gran Premio de México . Del 21 al 26 de octubre, mientras los motores rugen en el Autódromo Hermanos Rodríguez, otro tipo de competencia se vive en las calles de la capital.

Mercedes-Benz, una marca que ha hecho del rendimiento y la elegancia su bandera, lleva su ADN de velocidad a un terreno inesperado: la gastronomía. En alianza con algunos de los restaurantes, bares y hoteles más destacados de la capital, la firma alemana presenta una serie de experiencias culinarias inspiradas en la emoción de las carreras y el buen gusto.

Durante la semana del Gran Premio de México, Polanco, Roma, Condesa y Lomas de Chapultepec se transforman en paradas de una ruta donde el sabor y la precisión recorren la ciudad a toda velocidad. Cada punto, una interpretación distinta del espíritu Mercedes-Benz: elegancia, movimiento y una atención al detalle que trasciende las pistas.

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Un recorrido gourmet al ritmo de la velocidad

En Bandido, el día arranca con energía. El restaurante de Polanco conocido por su cocina a la leña propone un desayuno “para arrancar motores”: chilaquiles con cecina, disponibles durante toda la semana del evento. Una forma sabrosa y contundente de encender el día con carácter.

En el bar Ticuchi, del chef Enrique Olvera, la experiencia se vuelve líquida. Dos cócteles de edición limitada —“63” y “12”— evocan la precisión técnica de los autos Mercedes-Benz: combinaciones que equilibran la fuerza de la ginebra y el mezcal con fermentos, frambuesa y espumoso de agave.

La velocidad también se vive en formato urbano. Shake Shack se une con el Racing Combo —una hamburguesa de trufa blanca acompañada de papas y bebida—, disponible en todas sus sucursales. Además, quienes pidan este combo recibirán stickers coleccionables de la ilustradora mexicana @m.arbella, que reinterpretan el dinamismo de la marca en clave artística.

Paradas dulces y marinas en el circuito Mercedes-Benz

El ícono californiano Randy’s Donuts presenta una berlinesa de chocolate rellena de Nutella decorada con el logo de la estrella de tres puntas. Una pieza dulce que traduce la estética del diseño automotriz en un bocado irresistible.

En Ultramarinos Demar, del chef Lucho Martínez, la propuesta toma forma de un “pit stop” gourmet: un menú que combina frescura marina y técnica impecable. Crudos de kampachi, tacos de jaiba suave y flan casero conforman un recorrido gastronómico que rinde homenaje al movimiento y la precisión.

Y para quienes buscan un toque local con espíritu automotriz, La Once Mil, en Lomas de Chapultepec, ofrece el taco “Mercedes My Love”, elaborado con entrecot wagyu: una fusión entre la tradición mexicana y la sofisticación que distingue a la marca.

Diseño, hospitalidad y estilo de vida

La colaboración también alcanza el ámbito hotelero. En The Ritz-Carlton, Mexico City, Mercedes-Benz presenta una city guide que celebra el diseño, la sofisticación y un estilo de vida en movimiento. Disponible para los huéspedes y visitantes, esta guía se acompaña del cóctel Keep Pushing, creado por Johnnie Walker y disponible en espacios como Limantour Roma, Bar Mauro, Bijou y Café de Nadie. Mostrar la guía es la clave para acceder a una sorpresa especial.

Por su parte, Pizza Félix ofrece un maridaje entre sabor y emoción con su pizza Capicola y el cóctel XO Bloody Mary, disponibles del 23 al 26 de octubre. Una propuesta que une el fuego de las pistas con el de su horno.

Con esta iniciativa, Mercedes-Benz convierte la Ciudad de México en una pista donde la velocidad se saborea, la elegancia se comparte y la emoción se vive en cada detalle. Una invitación a recorrer la capital a través de sus aromas y sabores, en una semana donde la adrenalina no solo se mide en segundos, sino también en experiencias.