Cuerno, el restaurante que ha construido su identidad en torno a los sabores del norte del país, abre sus puertas en Nueva York, marcando así el inicio de su presencia en Estados Unidos.
La sede elegida es el Time & Life Building, en el Rockefeller Center, un espacio emblemático que ahora también será punto de encuentro para quienes buscan una propuesta culinaria mexicana con raíces claras y ejecución contemporánea.
Ésta es la primera vez que Grupo Costeño lleva una de sus marcas insignia más allá de las fronteras de México. En su carta, Cuerno Nueva York presenta una oferta muy similar a la que ha consolidado su presencia en ciudades como Guadalajara y Monterrey: cortes de carne al fuego, pescados y mariscos, recetas que remiten a la cocina del norte y una selección de cocteles que giran en torno a ingredientes tradicionales como el agave, el maíz y los chiles.
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La propuesta de Cuerno
Entre los platillos representativos de Cuerno están el Taco Richi —una combinación de ribeye, chicharrón en salsa verde, costra de queso y aguacate—; el Pulpo a las Brasas; el Chamorro al Horno cocinado en adobo regio; la Arrachera Norteña con mantequilla de chiltepín y el Rib Eye con tuétano, preparado al estilo norteño. También hay espacio para preparaciones vegetales como la Coliflor Trufa Habanero y el Crudo de Hamachi con chile chiltepín. La propuesta está pensada para compartirse y cada preparación se elabora al momento.
La barra complementa la experiencia con coctelería de autor que explora ingredientes mexicanos en mezclas como la Cantamarita, el Tamarindo con piquín, o el Espresso Martini con tequila añejo. También se ofrece una carta de vinos mexicanos y opciones sin alcohol con ingredientes botánicos.
Los postres de Cuerno siguen el mismo enfoque: raíces mexicanas reinterpretadas. Algunos ejemplos son el Pastel de Campechanas con nieve de vainilla y cajeta, el Pay de Queso con Ate de Guayaba o el Pay de Plátano con base de galleta María.
La llegada de Cuerno a Manhattan representa no solo un paso importante para Grupo Costeño, sino también una oportunidad para que el público de Nueva York experimente una versión particular de la cocina mexicana, con identidad del norte y enfoque actual.
Desde esta nueva ubicación, el restaurante continúa su camino celebrando la gastronomía como un punto de encuentro.