Sonia, un restaurante con un aire muy familiar

Tras una estrecha puerta con el número 23, en la calle Oxford, se encuentra uno de los restaurantes que confirma la boyante oferta gastronómica que se está forjando en la tradicional colonia Juárez de la Ciudad de México.

Su aspecto es el de una vieja casona, su oferta, parece extraída de un recetario familiar y su nombre es el de la abuelita del fundador: Sonia.

Igual que a una persona que acabas de conocer, no resulta sencillo definirlo con una primera cita, pero lo que sí resulta fácil es sentirse cómodo rápidamente y satisfecho con lo que llega a la mesa.

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Restaurante Sonia

Sonia tiene una propuesta gastronómica tan ecléctica como su decoración, que a lo largo de una especie de pasillo alberga distintas atmósferas que lo hacen ideal para ir en pareja, con amigos, o en familia. Su menú también da cabida a distintos gustos, como suele suceder en las casas y lo mismo incluye un churrasquito que las carnitas de guajolote, el pato, la pesca del día o hasta alguna opción vegetariana como los canelones de hongos y queso de montaña con salsa de jitomates y parmesano.

El restaurante abrió hacia finales del 2019 y ha tenido que ir sorteando las oleadas de la pandemia, adaptándose, por ejemplo, con divisiones que refuerzan el sano distanciamiento social, además de que sus altos techos permiten una idónea ventilación del lugar.

Diversos cuadros, fotografías y plantas colgadas de los muros le dan ese toque todavía más hogareño a este restaurante que está inspirado en la abuelita de uno de sus fundadores, cuyo nombre es precisamente Sonia. Y la carta, redondeando esa atmósfera, está compuesta por recetas familiares de distintos países, que han sido llevadas a un siguiente nivel por el chef Edgar Delgado, sin perder su sencillez.

Así nos encontramos desde una tradicional sopa tarasca hasta el tasajo con esquites y salsa verde, el ceviche de lobina o una esquisita alcachofa grillada con mantequilla de ajo y queso de montaña.

En los platos fuertes ofrecen desde ravioles con espinacas y acelgas para los vegetarianos hasta magret de pato, pulpo a la Mario con crema quemada, salsa de jitomates y cebolla rostizada o las albóndigas de ternera con salsa de jitomate y parmesano.

Y los postres parten del arroz con leche hasta llegar al tres leches de mazapán, pasando por otras dulces delicias.

En cuanto a la gastronomía líquida, Sonia va del vino mexicano hasta el champagne pasando por vino de otros países tan lejanos como Nueva Zelanda, destilados licores y una breve pero consistente carta de cócteles que sin duda van a alargar la sobremesa como en las reuniones familiares más animadas.

Sin duda Sonia es un restaurante que vas a querer visitar varias veces para vivir una experiencia diferente en cada platillo, cada espacio y cada bebida, pero a la vez con esa familiaridad de estar en casa.