El maestro perfumero Jacques Guerlain, tercer hombre y el más famoso de la familia en liderar su impero, dio vida a la mayoría de las fragancias más reconocidas de la marca. Mitsouko, concebida en 1919, es una obra olfativa bajo su autoría, inspirada en la protagonista de “La Batalla”, célebre novela de la época.
Tan fuerte como la pasión que la mujer asiática sentía por aquel oficial británico, durante la guerra ruso-japonesa -1905-, la composición perfumera es una original mezcla afrutada con notas de chipre, melocotón, jazmín y rosa de mayo, finalizada con repiques de sotobosque y vetiver, que resulta en la expresión más moderna y equilibrada de la marca.
El aroma del misterio.
Esta fue la primer fragancia de la historia de la industria en usar durazno como nota dentro su composición, demostración plena del temperamento innovador y desenfrenado de su inventor, misma que condujo a la Maison hacia el camino de la concepción de otros aromas Guerlain inundados de chipre y frutas.
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El frasco de este misterioso perfume, proyectado por Georges Chevalier, diseñador de Baccarat, es sobrio y delicado, decorado con curvas que reviven el estilo Art Nouveau. El tapón en forma de corazón hueco, fue para su época el paso más vanguardista dentro la industria.
Casi 100 años después, Mitsouko es tan actual como lo fue en el siglo de su creación.