
Jozef Kaban es un nombre que resuena con fuerza en la industria del diseño automotriz. Recordado por su participación en proyectos icónicos como el Bugatti Veyron y con experiencia en casas como Audi, BMW, Rolls-Royce y Volkswagen, hoy dirige el rumbo creativo de MG, como Vicepresidente del Centro de Diseño de SAIC. Desde esta nueva plataforma global, busca construir una identidad visual que combine herencia europea y dinamismo asiático con un objetivo claro: emocionar sin perder funcionalidad.
Platicamos con él sobre cuál será el próximo gran salto estético o conceptual dentro de la industria automotriz y cómo el diseño automotriz hoy en día trasciende la estética para establecer un diálogo más directo entre máquina y usuario, además de sus responsabilidades y aspiraciones en su actual posición como Vicepresidente del Centro de Diseño de SAIC.
Entrevista a Josef Kaban
¿Qué representa para ti el diseño automotriz?
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El diseño automotriz es una forma de comunicación. No se trata solo de cómo se ve un vehículo, sino de lo que transmite y de cómo se siente al experimentarlo. Es un equilibrio entre arte, ingeniería y experiencia humana.
¿Qué papel juega el diseño de experiencia de usuario (UX) en la evolución de los vehículos de próxima generación?
Es fundamental. El diseño ya no termina en la superficie del coche. Hoy diseñamos interfaces, transiciones, interacciones. La UX define cómo se siente usar el vehículo en cada detalle: desde el primer acercamiento, hasta cómo responde a tu voz o gestos. El interior ya es una extensión digital del conductor, y eso transforma completamente nuestro trabajo.

En una industria que se electrifica y digitaliza rápidamente, ¿cuáles son los principales retos para conservar el alma de un diseño?
No perder la narrativa. La tecnología puede parecer fría si no tiene una historia detrás. El reto es que cada innovación—ya sea una pantalla, una batería o un asistente virtual—forme parte de una experiencia coherente, sensible y emocional. El alma de un diseño está en cómo se conecta con las personas, no solo en sus especificaciones técnicas.
¿Cuál crees que será el próximo gran salto estético o conceptual en la industria automotriz?
Creo que veremos una mayor fusión con la arquitectura. Los autos dejarán de ser objetos móviles para convertirse en espacios personales, conectados y adaptables. El diseño será más emocional: superficies más limpias, interiores más sensoriales, autos que se integren a tu estilo de vida como una extensión de tu hogar o personalidad, afirmó Josef Kaban.
¿Qué te inspira fuera del mundo automotriz? ¿La moda, la arquitectura, el arte…?
Todo lo que está bien diseñado me inspira. La arquitectura me enseña proporción y estructura. La moda, ritmo y detalle. El arte me conecta con lo emocional. Me interesa mucho observar cómo distintas disciplinas resuelven problemas complejos con belleza. La inspiración no tiene límites cuando buscas crear algo auténtico. También la psicología y la ciencia me inspiran.
¿Cómo definirías tu estilo como diseñador: emocional, funcional, disruptivo?
Mi estilo busca el equilibrio. Tiene una base funcional, pero siempre persigo una respuesta emocional. No está diseñado para impresionar, sino para conectar. El diseño que más admiro es aquel que no necesita explicación: simplemente lo ves y lo sientes. Eso es lo que intento lograr.
Muchas personas te recuerdan por el Bugatti Veyron, pero ¿cuál de tus proyectos consideras el más personal o transformador, y por qué?
El Veyron fue una obra maestra técnica y un privilegio diseñarlo. Pero en este momento, MG me ha dado la oportunidad de experimentar una nueva forma de diseñar. No solo en el proceso creativo, sino con el objetivo de crear experiencias de manejo más significativas, para quienes disfrutan del diseño de alto nivel dentro de una marca accesible, desarrollando una identidad clara y coherente.
Ahora vienen más retos para mí y para mi equipo, así que la transformación y los proyectos seguirán y, probablemente, cada uno de ellos se volverá especial, como lo han sido mis otros trabajos.

Has trabajado con marcas legendarias como Audi, BMW, Rolls-Royce y Volkswagen. ¿Qué aprendiste de cada una y cómo han influido en tu visión actual?
Cada marca me enseñó una lección distinta. Aprendí la precisión del diseño técnico y la importancia del dinamismo y el placer de conducción. Además, entendí el arte del lujo auténtico, lo que me dio una visión de escala y de diseño democrático. Pero, sobre todo, aprendí sobre los clientes: sus necesidades y sus sueños. Todo esto forma la base de mi enfoque actual: un diseño que emocione, pero que también funcione y se adapte, como lo estoy haciendo ahora en SAIC MG, desempeñando un papel importante en el diseño de algunos de los autos más legendarios.
¿Qué representa para Josef Kaban este reto con MG, una marca centenaria también?
MG es una marca con historia, pero sobre todo con futuro. Es emocionante poder reinterpretar ese legado deportivo británico en el contexto de la electrificación y la tecnología global. Es un lienzo con carácter, donde se puede crear algo realmente significativo.
Tras décadas en el corazón del diseño europeo, ¿qué te atrajo de SAIC y del ecosistema automotriz chino?
La velocidad. La mentalidad de “vamos por más, pero hagámoslo ya”. En China, la innovación ocurre en tiempo real. SAIC me ofreció la oportunidad de trabajar con tecnología de vanguardia, recursos, ambición y una enorme apertura creativa. Es un ecosistema que no teme asumir riesgos, y eso es muy estimulante como diseñador.
¿Cuál es tu principal objetivo dentro del Centro de Diseño de SAIC?
Construir una identidad de diseño global que sea coherente, aspiracional y reconocible. Que los productos de SAIC, especialmente los de MG, compitan no solo por precio o tecnología, sino por un diseño emocional, innovador y auténtico. Cada vehículo debe tener alma.
¿Cómo combina Josef Kaban la herencia del diseño europeo con la visión hacia el futuro que exige la industria asiática?
Con respeto y audacia. El diseño europeo aporta estructura, proporción y refinamiento. La visión asiática exige flexibilidad, riesgo y velocidad.
La clave está en encontrar el equilibrio: mantener el sentido estético y la calidad del diseño europeo, pero ejecutarlo con la energía y el impulso de la innovación asiática. Es un diálogo entre tradición y futuro.