
Si algo define al ultra-lujo es su capacidad de elegir dónde se está y con quién. La noche del 13 de noviembre, mientras Madrid contenía el aliento ante el debut de la NFL en el Santiago Bernabéu, el acceso más deseado del fin de semana estaba vinculado a una invitación cuya influencia traspasaba fronteras: el Royal Banquet concebido por Paradise a La Carte en el Four Seasons Madrid.
Allí, más de 300 invitados dieron forma a una de las veladas más exclusivas que ha visto la capital en los últimos años, un encuentro que convirtió a la ciudad en punto de convergencia entre poder, cultura y sofisticación.
Paradise a La Carte, una empresa global de experiencias de lujo que conecta la innovación estadounidense con la herencia europea, con sedes en Miami y Madrid, diseña viajes a medida y transforma acontecimientos memorables en conexiones duraderas ha redefinido silenciosamente la forma en que se entienden los viajes y los grandes acontecimientos. Su capacidad para conectar lo extraordinario con lo íntimo quedó en evidencia en una cita que funcionó más como un acto curatoral que como una cena: una experiencia diseñada para transformar un evento deportivo en un ritual de inmersión cultural. En el Salón Sol del Four Seasons, rodeados de una atmósfera palaciega, titanes corporativos, directivos de ligas, ejecutivos del Real Madrid, diseñadores, fundadores tecnológicos y representantes diplomáticos compartieron mesa en lo que la compañía describió como un “viaje sensorial donde pasado, presente y futuro convivieron en la misma escena”.
Un banquete como obra total
El menú, creado por el chef Diego Guerrero -dos estrellas Michelin- actuó como hilo conductor de la narrativa. Cada plato formaba parte de una progresión que viajaba del esplendor europeo del siglo XIX a un imaginado siglo XXIV. Los músicos de Sonando Voy, nominados al Latin Grammy, evolucionaron discretamente entre el barroco, el jazz y lo electrónico, mientras las bailarinas de Compañía Elamor transitaban de siluetas cortesanas a expresiones contemporáneas. Las joyas de Jane Bardot capturaban la luz de un mapping 3D que transformó el salón de dorados clásicos a un cosmos digital. Fue en el séptimo pase, cuando la sala mutó por completo, que incluso los ejecutivos del Real Madrid detuvieron sus conversaciones: la cena se había convertido en una puesta en escena total.

El banquete fue solo el núcleo de un programa más amplio. Bajo el nombre “Beyond the Game: Madrid Without Limits”, Paradise a La Carte articuló seis días de experiencias reservadas a un grupo reducido de asistentes. El conjunto incluía acceso premium al partido entre los Miami Dolphins y los Washington Commanders, visitas privadas a museos y ateliers habitualmente inaccesibles y un recorrido gastronómico que sumó siete estrellas Michelin en mesas como Coque, Saddle y DStage. La logística, ejecutada junto a Aerovalue, garantizó desplazamientos impecables y asistencia cultural personalizada en cada actividad.

“Este partido marca un hito”, expresó Marilyn Samlut, co-CEO de Paradise a La Carte. “Madrid merecía algo más que una fiesta: merecía una experiencia a la altura del momento”. La empresa reunió para ello a un grupo de socios estratégicos que combinó tradición e innovación, desde NTT DATA e IWC Schaffhausen hasta Chopard, The Dalmore, Iberia, Galería Canalejas, Osborne, Cacao Sampaka, Vila Hermanos y Cris for Cancer, entre otros.
El resultado fue un fin de semana en el que la ciudad acogió un acontecimiento deportivo inédito, y vivió una demostración de cómo el lujo contemporáneo se ha desplazado del exceso visual hacia el sentimiento de pertenencia.