Para poder conocer la Ciudad de la Luz necesitas varias semanas, pero si tu tiempo es limitado, sigue esta guía rápida para disfrutar lo esencial de una de las capitales más bonitas del mundo.
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Empieza el día con un petit déjeuner en St-Germain des Prés: no hay nada mejor que un croissant au beurre y mermelada en una terraza de algún café parisino. Los cafés de esta zona solían ser el lugar de reunión de importantes personajes del ámbito artístico e intelectual como Jean Paul Sartre, Albert Camus, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald entre otros, así que te recomendamos que visites el Café de Flore, que abrió sus puertas en 1887 y que fue el favorito de Sartre y Simone de Beauvoir.
Al terminar, aprovecha para caminar por la zona, conoce la Iglesia de Saint-Sulpice y los Jardines de Luxemburgo: es una caminata que te permitirá conocer la zona a la perfección.
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Antes de cruzar alguno de los icónicos puentes parisinos para llegar a los Jardines de las Tullerías, caminar por las orillas del río Sena es una experiencia única. Visita la isla en la que está la Catedral de Notre-Dame, y si te gustan los libros no dejes de visitar la librería Shakespeare. Para comer te recomendamos que vayas al Café Procope, ubicado en el Barrio Latino, que se caracteriza por tener un ambiente único. Le Procope es el restaurante-café de cocina tradicional francesa más antiguo de París.
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Cruzando el Río Sena encontrarás los Jardines de Tullerías y más adelante, la Plaza de la Concordia. Muchos de los museos más importantes se encuentran en esta zona, cada uno necesita tiempo para visitarlo, pero no dejes de ver el Louvre, el Musée de l’Orangerie, que albergan obras de los mejores artistas de la historia. Pasa la tarde caminando por Champs-Élysées; las boutiques más importantes se encuentran aquí y esta importante avenida te llevará directamente al Arco del Triunfo.
A la hora de cenar visita uno de los lugares más lujosos de París, The Peninsula Paris. Para probar algo diferente te recomendamos que visites el restaurante Lili dentro del hotel. El restaurante de cocina cantonesa está decorado con piezas únicas como vestuarios de la ópera china. Todo el interior está decorado con obras de diferentes artistas que lo convierten en un lugar impactante y muy especial; esto, junto con la cocina del chef Ma Wing Tak, harán que la experiencia en este lugar sea inolvidable. La recomendación es el filete al wok con foie gras de pato de la región de Aveyron, Francia. Una forma estelar de cerrar el día.
Nota escrita por Sofía Campuzano.