El Brasil inesperado
Brasil se revela a través de su identidad cultural y artística.

“Deja que el fuego queme todos tus miedos”, resuena de fondo al escuchar The power is here now, de Alexia Chelum. La introspectiva melodía acompaña el amanecer durante una sesión de yoga en el rooftop del Emiliano Río.
El mar golpea suavemente la orilla de la playa y se mezcla, casi como un susurro lejano, con la quietud del momento. Así recibe Brasil en uno de los destinos más célebres: con un rostro distinto en donde el arte irrumpe con un destello de sofisticación.

Un vuelo en Business Class con Copa Airlines desde Ciudad de México hasta Río de Janeiro o São Paulo abre la puerta a esta emotiva experiencia. Más allá de la postal festiva que suele acompañar a la nación sudamericana, se descubre un país que ha sabido forjar una identidad artística propia.

Al cruzar la entrada del Emiliano Río, perteneciente a la colección de propiedades de Small Luxury Hotels of the World (SLH), esta narrativa se reafirma con contundencia. Su arquitectura diseñada por Arthur Casas, rescata el modernismo brasileño con un aire contemporáneo: la fachada recubierta con los característicos cobogós, actúa, como una piel viva que filtra la luz y enmarca el vaivén del océano. Dentro, el mobiliario de diseño de los años 50 acentúa esta sensación de exclusividad y crea un diálogo entre el lujo, la cultura y la naturaleza.

Si bien Río es célebre por sus playas icónicas como Copacabana o Ipanema, así como su atmósfera relajada, también resguarda una escena cultural en plena ebullición. ArtRio es muestra inequívoca de ello: uno de los encuentros artísticos anuales más relevantes de Latinoamérica que, en pocos años, ha logrado convocar a curadores y coleccionistas internacionales. Allí, los artistas brasileños ocupan el centro de la escena, reafirmando que su manera de entender su lugar en el mundo es a través de impulsar el talento local.

La joven galería Flexa, inaugurada en 2024, refleja ese mismo espíritu. Con un pie en lo emergente y otro en lo consolidado, apuesta por nombres que marcan la pauta del arte contemporáneo indígena amazónico, como Jaider Esbell, Roraima, Santiago Yahuarcani y Rember Yahuarcani o Sheroanawe Hakihiive.

Así, Río de Janeiro fortalece una identidad cultural que vibra más allá de su imagen turísica. Desde la cima del Parque Bondinho Pão de Açúcar, de frente a vistas majestuosas de la ciudad, el destino confirma que su esencia late también en el arte y la memoria.

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SOFISTICACIÓN URBANA

A menos de una hora en avión, se consolida una promesa distinta. Si Río conquista con su magnetismo natural; la capital del país, con más de 21 millones de habitantes en el área metropolitana, se impone con energía cosmopolita.

En el exclusivo barrio de Jardins, el Emiliano São Paulo, parte de la Finest Collection de SLH, aparece como un exclusivo refugio urbano. Su diseño combina minimalismo con piezas icónicas del movimiento brasileño y consigue, así, un ambiente elegante y contemporáneo.

El lobby, custodiado por una cápsula artística del pintor y dibujante brasileño Siron Franco, refleja la sofisticación de la ciudad, la misma que se respira en la famosa Avenida Paulista, bautizada como la Manhattan Latinoamericana.

En esta reconocida vía se alza el Museo de Arte de São Paulo (MASP), obra de Lina Bo Bardi, cuya arquitectura y montaje innovador revoluciona la forma de apreciar la pintura. David Alfaro Siquéiros, Paul Cézanne o Paul Gauguin flotan sobre caballetes de cristal, sin muros que limiten el recorrido, convirtiéndose en un paseo libre, casi etéreo, por la historia del arte. “Tenemos artistas brasileños y contemporáneos de todo el mundo, con esta manera diferente de exponer la colección”, cuenta uno de los representantes de la prestigiada institución cultural. Como parte de este mismo espacio, el restaurante A Baianeira, permite tomarse un respiro para digerir la propuesta cultural acompañado de un sorprendente menú de cocina brasileña contemporánea, a cargo de la chef Manu Ferraz.

El compromiso con el talento local también se refleja en galerías como Almeida & Dale, referente de la escena nacional, que apuesta por figuras clave del modernismo brasileño y artistas emergentes con proyección internacional.

Así, este país revela un rostro poco explorado: el de una nación que ha forjado, a contracorriente de los estereotipos, una voz cultural propia. Una visión en la que el arte no solo acompaña una singular propuesta de viaje, sino que define su manera de mirar el mundo. “Deja que el agua enjuague tus lágrimas”, continúa esa acompasada melodía que resuena como un murmullo de esperanza, durante el amanecer en Copacabana.