
A primera vista, éste podría parecer solo un edificio hermoso más, de los muchos que hay en París, pero basta cruzar sus puertas para descubrir que dentro palpita el alma de la capital francesa. Desde James Joyce escribiendo Ulises hasta las noches de jazz que aún vibran en el Bar Joséphine, cada rincón de este palacio respira memoria. Hoy, en su 115º aniversario, el Mandarin Oriental Lutetia París renueva su promesa: seguir siendo el refugio donde la ciudad de la luz nunca deja de brillar.
Un palacio con alma artística
Desde sus primeros días, el Lutetia fue mucho más que un hotel. Su ubicación en Saint-Germain-des-Prés —epicentro del pensamiento y la creatividad parisina— lo convirtió en el refugio favorito de escritores, pintores y músicos. Entre sus huéspedes más célebres figuran James Joyce, quien escribió parte de Ulises en sus habitaciones, y Pablo Picasso, habitual visitante de sus salones.
En los años veinte, las tertulias reunían allí a intelectuales como André Gide y Antoine de Saint-Exupéry, mientras que en décadas posteriores Jean-Paul Sartre, Juliette Gréco y Samuel Beckett convirtieron el hotel en el epicentro de la vida cultural de la orilla izquierda del Sena.
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Pero el Lutetia también conoció los momentos más duros del siglo XX. Durante la Segunda Guerra Mundial fue requisado, y tras la liberación sirvió de refugio para deportados y sus familias. En su fachada, una placa conmemorativa mantiene viva la memoria de esa etapa de humanidad y resistencia.
Arquitectura que une dos épocas
Concebido en plena Belle Époque, el Lutetia representa la transición entre el Art Nouveau y el Art Déco. Su fachada ondulante, inspirada en la naturaleza, contrasta con las líneas puras y geométricas que anticipan la modernidad del diseño parisino.

Entre 2014 y 2018, el arquitecto Jean-Michel Wilmotte dirigió una meticulosa restauración que rescató los detalles originales —vitrales, mosaicos y esculturas— y los combinó con materiales nobles como el mármol Statuario, el bronce y la madera de eucalipto. El resultado es un diálogo entre historia y contemporaneidad que da vida a un espacio donde el tiempo parece detenerse.
Cómo es hoy el Mandarin Oriental Lutetia
El Mandarin Oriental Lutetia alberga 184 habitaciones, incluidas 46 suites y 3 apartamentos, cada uno con su propio carácter. Algunas de ellas, como la Suite Parísienne Isabelle Huppert o la Suite Joséphine Baker, rinden homenaje a personalidades que marcaron la historia del hotel.
Desde los áticos, las terrazas privadas ofrecen vistas de 360° sobre los monumentos de París, un privilegio reservado a unos pocos.
En el corazón del hotel, la Brasserie Lutetia continúa siendo una institución parisina. Bajo la dirección del chef Patrick Charvet, el restaurante combina la tradición de las grandes brasseries con una visión contemporánea.

El Saint-Germain Salon, con su cúpula de cristal pintado, ofrece un ambiente refinado ideal para el té de la tarde, mientras que el Bar Joséphine, con su icónica frescura Art Déco, es el epicentro de la vida nocturna de la rive gauche, donde la música jazz sigue resonando cada semana.
El arte del bienestar y la inspiración
El Akasha Spa, de 700 metros cuadrados, representa un santuario dedicado al bienestar. Con piscina iluminada por luz natural, sauna, hammam y tratamientos personalizados, fue reconocido como el Mejor Hotel Spa de Francia 2023 en los World Spa Awards.
Además, se acaba de anunciar la incorporación de los productos de ultra alta gama de la marca myBlend (del Groupe Clarins) a su menú de tratamientos que aumentarán sus poderes regenerativos únicos.

Por otro lado, el Lutetia mantiene su compromiso con la escena artística contemporánea. En sus espacios se celebran exposiciones temporales, conciertos íntimos y colaboraciones con galerías parisinas.
Esculturas monumentales de artistas como Pieter Obels o Manolo Valdés dialogan con la arquitectura histórica del edificio, reafirmando su papel como palacio del arte vivo.
115 años y contando
A lo largo de su historia, el Mandarin Oriental Lutetia París ha sido escenario de encuentros que definieron épocas y generaciones. Hoy, bajo el sello de Mandarin Oriental Hotel Group, este ícono parisino continúa escribiendo nuevas páginas de elegancia y cultura en el corazón de Saint-Germain-des-Prés.




Su legado, nacido en la Belle Époque y reinventado para el siglo XXI, confirma que hay lugares donde el arte de vivir no envejece: simplemente se transforma, manteniendo encendida la luz de París.