Este hotel no es para turistas, es para viajeros que quieren conocer Roma al estilo Grand Tour

Roma, con su magnetismo inagotable, siempre encuentra nuevas formas de deslumbrar. En lo alto de la icónica Escalinata de la Plaza de España, el Hotel de la Ville se impone como un punto de encuentro entre el arte clásico y la elegancia contemporánea.

Este palacio del siglo XVIII, hoy parte de Rocco Forte Hotels, revive el espíritu del Grand Tour, aquel viaje cultural que realizaban los nobles europeos en busca de belleza y conocimiento.

El diseñador Tommaso Ziffer, junto con Olga Polizzi, directora de diseño del grupo, reinterpretó ese legado en clave actual. El resultado es un espacio que celebra el esplendor de los siglos pasados con materiales y técnicas de hoy: papeles pintados artesanales de Rubelli y Dedar, tapices de Zardi & Zardi, así como un vibrante juego de colores que rinde homenaje al dramatismo y la sensualidad de Roma.

Video Recomendado

Un refugio entre jardines y arte

En el corazón del hotel se esconde un patio interior que recuerda a los jardines geométricos del siglo XVII. Concebido por el diseñador George Carter, combina obeliscos, vegetación exuberante y detalles en negro y dorado, creando un entorno que respira calma y sofisticación. La iluminación, inspirada en los antiguos espacios iluminados por velas, acentúa la atmósfera íntima del lugar.

El hotel une tres edificios en una sola composición arquitectónica, logrando un equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo, entre el bullicio de la ciudad y la serenidad de un oasis privado.

Cocina con alma mediterránea

La experiencia culinaria del Hotel de la Ville está dirigida por el chef y director creativo de Rocco Forte Hotels, Fulvio Pierangelini, quien propone una travesía por los sabores del Mediterráneo. En Mosaico, el restaurante principal, se sirven platos que fusionan tradición italiana y técnica moderna, acompañados de vistas al patio.

Para quienes buscan un ambiente más desenfadado, el Julep Bar ofrece cócteles de autor en un entorno de espíritu cosmopolita, mientras que Cielo, el bar de la azotea, seduce con sus luces, olivos y panorámicas de Roma.

Allí, el atardecer se convierte en un espectáculo en sí mismo. Completando la oferta, el Ginori Café celebra la porcelana italiana con una propuesta de repostería y café de especialidad, ideal para una pausa a cualquier hora del día.

Habitaciones con carácter romano

Las 104 habitaciones y suites del hotel reflejan la identidad italiana a través de una cuidada selección de muebles contemporáneos, obras de arte y textiles de gran calidad.

Los colores intensos y las texturas refinadas evocan los interiores de las grandes residencias europeas.

Entre ellas destaca la Suite de la Ville, situada en el octavo piso y accesible por ascensor privado. Con dos terrazas panorámicas y una colección de arte propia, encarna la visión estética del hotel: una síntesis entre el clasicismo romano y la sofisticación moderna.

Bienestar con acento siciliano

El Irene Forte Spa, de 550 metros cuadrados, es un espacio dedicado al bienestar físico y espiritual. Inspirado en la filosofía de su fundadora, Irene Forte, combina tratamientos naturales, tecnología avanzada y productos elaborados en Sicilia con ingredientes de origen vegetal.

Con un equipo de terapeutas especializados, el spa ofrece un verdadero descanso sensorial en medio de la ciudad.

El arte de vivir Roma

Hospedarse en el Hotel de la Ville Roma es acceder a una de las perspectivas más privilegiadas de la ciudad. Desde su ubicación sobre la Via Condotti, se puede recorrer a pie el corazón histórico, descubrir los tesoros del arte clásico y sumergirse en el ritmo contemporáneo de la capital italiana.

Con su diseño visionario, su hospitalidad a medida y su visión del lujo como experiencia cultural, el Hotel de la Ville confirma que la Ciudad Eterna no solo se visita: se vive.