La joya de Guanacaste
Nekajui, a Ritz-Carlton Reserve

En Nekajui, a Ritz-Carlton Reserve, un coro de ranas da las buenas noches a los huéspedes que deciden conocer de cerca la nueva joya de la corona en la hotelería de alta gama en Centroamérica.

Alojado en la exclusiva Península Papagayo, en medio del Área de Conservación Guanacaste, esta propiedad representa un sofisticado refugio de serenidad para quienes desean reconectar con su esencia más humana en un auténtico pulmón natural.

Nekajui, a Ritz-Carlton Reserve

En Nekajui, a Ritz-Carlton Reserve, los buenos días suelen ser anunciados por los monos aulladores que dominan los senderos más exuberantes de Centroamérica, hogar de más de 7,000 especies de plantas que se aprecian mejor al caminar a través de un imponente puente colgante, el cual une a las dos partes del complejo hotelero; este suma 77 habitaciones, 23 suites, tres tents abiertos al Pacífico, además de una Grand Villa.

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Ritz-Carlton
El hotel suma 77 habitaciones, 23 suites, tres tents abiertos al Pacífico, además de una Grand Villa.

Para alternar la exploración natural entre manglares, senderos aéreos de tirolesas y algunos escondites más que se habrán de revelar una vez en la propiedad, las alternativas culinarias incluyen a Mirador, donde se sirven desayunos en una atmósfera refinada que, de noche, se torna aún más especial para acoger a Puna, escondite culinario firmado por el peruano Diego Muñoz.

Brisa, al aire libre, es un mosaico de sabores con matices artísticos expresados, incluso, en los emplatados; y Café Rincón, que celebra el grano local y suma adeptos a su noble causa de extender el gusto por el grano.

Además, una elegante propuesta de mixología se apodera de dos espacios: Bar La Casona, cuyos aires de hacienda emulan una sala familiar, y en cuyo exterior las vistas apuntan a la Bahía Pochote; y Ámbar, una casa del árbol que sirve cocteles emocionantes ideales como antesala de una noche con las mismas probabilidades de ser nublada o estrellada.

Ritz-Carlton
Brisa, al aire libre, es un mosaico de sabores con matices artísticos.

Al pie del mar, Niri, un refinado club de playa, celebra la tradición gourmet ibérica al calor de los fogones, entregando postales exquisitas.

Antes de partir de Nekajui, a Ritz-Carlton Reserve, Nimbu Spa es parada obligada para elegir entre su menú de tratamientos aquel que potencie las ambiciones personales: desde una dosis de energía indispensable para conquistar Guanacaste, hasta la relajación suficiente para abrazar el descanso con el coro de las ranas de fondo.