Placer impoluto

Una quietud imperturbable se percibe desde los ventanales del piso 36 de la Nihombashi Mitsui Tower. A través de los enormes cristales la vista de una vibrante ciudad enmarca el paisaje como si fuera un cuadro impresionista, el cual fusiona la tradición y la innovación con la misma sutileza que caracteriza la cultura japonesa. Por ello, desde un enorme sofá, en la Suite Presidencial del Mandarin Oriental Tokyo, la metrópolis fascina la mirada al observar el contraste sublime entre los escenarios montañosos y la espléndida arquitectura.

Este elegante y exclusivo refugio, de 250 metros cuadrados, fue meticulosamente diseñado para retomar los elementos naturales como sentido de inspiración. Ahí, una amplia sala de estar, con su encantadora área para sentarse y disfrutar de un coctel admirando las impresionantes vistas exteriores, así como un acogedor rincón de biblioteca, se posicionan como una auténtica invitación para aislarse del mundo.

Pero no será por mucho tiempo. Afuera, una dinámica ciudad aguarda ser descubierta. Para ello no es necesario seguir una larga travesía: la elegante propiedad, parte de Mandarin Oriental Hotel Group, se localiza justo en el corazón de la escena más vibrante de esta metrópoli.

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Situada en la zona histórica de Nihombashi, en el centro de Tokio, el distrito es epicentro de un fuerte lazo que conecta la parte tradicional, con todo y sus hermosos puentes y santuarios; con la modernidad de los grandes rascacielos en la capital nipona.

Mandarin Oriental Tokyo

Así, el otrora gran centro comercial, durante el periodo Edo (1603-1868), se ha transformado en el núcleo de las compras con estilo y de la escena gastronómica de moda en el destino asiático. Perderse entre sus callejuelas se convierte en una oportunidad única para dejarse admirar por las sorpresas que aguardan al girar cada esquina.

Para los amantes del arte, el Edo-Tokyo Museum, así como el Nacional Art Center cautivan a los visitantes por medio de las magníficas exhibiciones, las cuales celebran el talento japonés y la herencia cultural de este país.

PARAÍSO DE EXPERIENCIAS

Sin embargo, el exclusivo Mandarin Oriental Tokyo es mucho más que un sitio en donde hospedarse para descubrir Japón. Es en sí mismo un fascinante destino compuesto por 157 lujosas habitaciones y 22 suites inspiradas en la estética local, inundadas de luz natural que se cuela por todos los rincones de los siete pisos del hotel.

Entre sus paredes de cristal, doce destinos gastronómicos están dispuestos a cautivar el paladar de los comensales más exigentes. El mundialmente famoso Sense es muestra irrevocable de ello.

Su propuesta de auténtica cocina cantonesa es un festín para los sentidos, a cargo del chef Toshiyuki Nakama, quien a través de cada plato busca superar, incluso, a lo que se ofrece en su tierra natal. Este restaurante se ha posicionado entre visitantes y locales como la joya de la corona del hotel.

Mandarin Oriental Tokyo

En tanto, Tapas Molecular Bar reimagina los platos familiares de formas innovadoras para sorprender a través de las texturas, los sabores, la temperatura y nuevas técnicas de cocina que destacan en cada plato de su carta.

Su menú omakase ofrece un viaje visual y culinario cuidadosamente maridado con exquisitas bebidas.

Sin embargo, la relajación completa vendrá de la mano de una parada obligada en el galardonado spa, en donde el entorno sereno alienta una experiencia de bienestar profunda, basada en la herencia holística japonesa.

Entre sus masajes insignia está Time Rituals, que lleva de dos a tres horas, diseñado de forma exclusiva para enfocarse en las necesidades específicas de cada usuario.

Mandarin Oriental Tokyo

Por su parte, Oriental Qi es un relajante masaje corporal, en el cual se aprovecha el poder de los aceites esenciales para trabajar la energía de los meridianos, fundamental para mantener la salud y el equilibrio.

De esta forma, Mandarin Oriental Tokyo demuestra que es un destino por sí solo, desplegado para cautivar los sentidos de sus visitantes.