
Hay momentos en los que un reloj trasciende su función. No marca horas, sino historias. Durante la gala del Museo de la Academia 2025, mientras las cámaras seguían el paso imponente de Dwayne Johnson (The Rock), pocos advirtieron que en su muñeca descansaba una de las obras más complejas que ha producido Blancpain: una pieza de la colección Métiers d’Art Damasquiné, un homenaje al arte de incrustar oro sobre metal con la precisión de un escultor y la paciencia de un relojero.
Una obra artesanal
El damasquinado, técnica milenaria heredada de los talleres renacentistas, encuentra aquí una nueva vida.
En el taller de la manufactura en el Vallée de Joux, los maestros artesanos dibujan con hilos de oro sobre superficies de acero o titanio, creando patrones que parecen moverse con la luz. Cada motivo es una pequeña coreografía entre brillo y sombra, entre lo eterno y lo efímero.
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La pieza que Dwayne Johnson eligió —un dragón grabado a mano sobre una esfera de platino, enmarcado por una caja de oro rosa de 45 mm— podría pasar por una escultura portátil. Su diseño evoca la fuerza y la sabiduría, conceptos tan antiguos como la relojería misma.
Y, sin embargo, el reloj late con un movimiento mecánico contemporáneo, invisible bajo la superficie artística que protege.
La colección Métiers d’Art
Blancpain no sólo crea relojes; preserva gestos. En cada Damasquiné hay semanas de trabajo, respiraciones contenidas, herramientas centenarias y una sensibilidad que sobrevive a las modas.

Con esta colección, la Maison no busca sorprender al público, sino reconciliar el tiempo con el arte y ahora bajo la protección de Dwayne Johnson.
En un mundo de mecanismos automáticos y relojes inteligentes, Blancpain nos recuerda que el lujo auténtico sigue siendo humano.