
Dominar el color en la cerámica es uno de los mayores retos de la relojería contemporánea. Hublot lo ha convertido en un arte propio, abriendo una paleta que pocos se atreven a explorar y hoy, ese savoir-faire lo transfiere al Spirit of Big Bang Tourbillon 5-Day Power Reserve, confirmando que la innovación estética y técnica forman parte inseparable de su ADN.
Por primera vez, la marca decide vestir a su icónica caja tonneau con cerámica en cuatro tonos inesperados: rojo, amarillo, azul celeste y negro. Cada uno abre la puerta a un mundo distinto.
Colores que cuentan historias
Imagina entrar a una cena en la ciudad con el Spirit of Big Bang en rojo: la mirada se posa en la muñeca, no por ostentación, sino porque transmite energía pura.
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El amarillo, en cambio, es un destello que acompaña un brunch soleado, optimista y vibrante, como una declaración de alegría.


El azul celeste invita al viaje: el cielo sobre la costa mediterránea, la calma de un verano sin prisa, una libertad que se refleja en cada detalle.
Y el negro… el negro es la elegancia absoluta. Un cóctel de medianoche, un auto que espera en la puerta, un reloj que no necesita hablar demasiado para decirlo todo.
La complicación que hipnotiza
Más allá del color, la magia ocurre en su interior. El tourbillon —esa danza de precisión que desafía la gravedad— se abre paso en la esfera esqueletizada, visible a las 6. Es hipnótico, como una obra de arte en movimiento.
Cinco días de autonomía permiten olvidarse del ritual de darle cuerda a diario, sin perder ese vínculo íntimo que supone hacerlo cuando llega el momento.
Lujo personalizado
Por primera vez en la historia de Hublot, cada propietario podrá personalizar su Spirit of Big Bang. El reloj se entrega con correas y biseles intercambiables, un gesto que multiplica las posibilidades de expresión.


Hoy deportivo, mañana elegante; hoy vibrante, mañana sobrio. El lujo, al fin y al cabo, está en poder elegir.
Este lanzamiento llega en un año especial: se cumplen dos décadas desde que el Big Bang redefinió lo que significaba ser disruptivo en relojería. Ahora, el Spirit of Big Bang toma la estafeta con un lenguaje propio, más arquitectónico, más audaz, más personal.
Porque cuando el tiempo se convierte en color, cada minuto deja de ser rutina y se transforma en experiencia. Y eso, en esencia, es lo que propone Hublot: vivir el tiempo a todo color.