Grand Lady Kalla, un lujo que se transforma con el tiempo

Porque el lujo se transforma constantemente, Vacheron Constantin presenta Grand Lady Kalla, un reloj transformable que une la precisión relojera con el arte de la joyería. Tres versiones intercambiables —rubíes, zafiros y esmeraldas— hacen de esta pieza un símbolo de versatilidad y herencia contemporánea.

Desde su fundación hace más de 270 años, Vacheron Constantin ha sabido hablar el lenguaje del tiempo con la precisión de un relojero y la sensibilidad de un joyero. Su relación con las mujeres ha sido una constante: piezas que no sólo acompañan, sino que expresan una forma de estar en el mundo.

De los relojes esmaltados y grabados del siglo XIX al Art Déco de los años 20, la Maison ha hecho del arte y la técnica una sola voz. En ese recorrido nació la familia Kalla, símbolo de elegancia y sofisticación.

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Hoy, el Grand Lady Kalla escribe un nuevo capítulo, uno en el que el lujo se vuelve transformable y el tiempo adopta múltiples formas.

Rubíes, zafiros y esmeraldas: el tiempo en tres tonos

En su nueva interpretación, el Grand Lady Kalla se presenta en tres versiones intercambiables que combinan el brillo eterno de los diamantes con la intensidad de las piedras de color: rubíes, zafiros y esmeraldas.

Cada modelo está compuesto por cuatro elementos engastados con gemas que pueden transformarse: un reloj, una joya, un brazalete rivière de tres hileras y un sautoir de 85 centímetros. Cuatro formas de llevarlo, cuatro formas de expresar el tiempo.

El modelo Grand Lady Kalla – Sapphire luce un total de casi 50 quilates de zafiros sobre oro blanco de 18 quilates; el Grand Lady Kalla – Rubí presenta la misma arquitectura, también en oro blanco, con rubíes de un rojo profundo; mientras que el Grand Lady Kalla – Emerald, en platino 950, despliega cerca de 36 quilates de esmeraldas de un verde translúcido.

Cada pieza combina además 112 perlas de Akoya y cuentas de piedras ornamentales, en un diálogo entre brillo, textura y movimiento.

Alta Joyería que se transforma

El encanto del Grand Lady Kalla no reside sólo en su diseño, sino en su ingenio. Con un sistema de cierres ocultos que no requiere herramientas, la pieza se adapta con facilidad: el reloj puede transformarse en joya, o colgarse en el sautoir como reminiscencia de aquellos relojes colgantes que las mujeres del siglo XIX consultaban con un gesto elegante.

Cada elemento está engastado con piedras de talla esmeralda, cuyas facetas escalonadas capturan la luz con discreción y precisión arquitectónica. En el centro, una gema con corte “pan de azúcar”—una técnica antigua y poco común—invita a mirar hacia el interior de la piedra, donde el color parece cobrar vida propia.

Y como firma oculta, cada garra que sostiene las gemas reproduce una rama de la Cruz de Malta, el emblema de Vacheron Constantin, un detalle apenas perceptible que revela la atención obsesiva por el acabado.

Un reloj que celebra el arte del tiempo

El Grand Lady Kalla no busca sólo medir las horas, sino reinterpretar la relación entre la joya y el reloj. En su diseño conviven el legado artesanal de la Alta Joyería ginebrina, la ingeniería invisible y la elegancia transformable que buscan las mujeres contemporáneas.

En un mundo donde el lujo se redefine en términos de autenticidad y significado, Vacheron Constantin demuestra que la verdadera sofisticación está en la capacidad de reinventarse sin perder el alma. El tiempo, en este caso, se mide en quilates.